jueves, 5 de octubre de 2017

SUPER IMPORTANTE!!

«Majestad, así no». Carles Puigdemont eligió la segunda persona para dar énfasis a su malestar con el discurso del martes del Rey Felipe VI sobre la situación en Cataluña. El presidente de la Generalitat, que ha impulsado leyes de ruptura en el Parlament que derogan de facto el Estatut y la Constitución, invocó sin embargo el papel moderador que reserva la Carta Magna al Monarca para afearle que haga suyos «el discurso y las políticas de Mariano Rajoy» y añadió que había decepcionado a muchos catalanes.
Puigdemont afirmó que la Constitución otorga al Rey «un papel moderador que en ningún caso ha tenido», y le obliga a respetar a todos los españoles, algo que en su opinión no está haciendo con los independentistas. Además, acusó a Felipe VI de «allanar» el terreno para que Rajoy «liquide las aspiraciones de soberanía del pueblo catalán».

lunes, 26 de septiembre de 2016

 comemnto como fueron las elecciones gallegas y vascas como dice el periódico el mundo, ñllkasj dñflkasj dklf sdf

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Protocolo en la petición de mano

En el artículo anterior se desarrolló el origen de la petición o pedida de mano, haciendo un repaso histórico y geográfico de sus peculiaridades. Se trató el noviazgo de antaño como una institución controlada por la comunidad, en concreto por las familias, por ostentar el papel de gobernadores de la vida de los hijos, especialmente de las hijas. Se definió la petición de mano como un protocolo tradicional en el que elnovio, por mediación de de sus padres o un peticionario, pedía la mano de la novia a sus padres, ya que la hija “pertenecía a sus padres”.  Con el transcurso del tiempo, la mujer fue liberada del dominio por parte del hombre, obteniendo libertad de elección y de acción (esto más tarde) en sus relaciones amorosas.
.
El protocolo de la petición o pedida de mano ha sido diferente de acuerdo a la mentalidad imperante de cada época. En los pueblos primitivos eran los padres quienes planeaban los matrimonios y arreglaban todo lo relativo a las estipulaciones económicas. A menudo, los futuros contrayentes no se conocían.
Lo más habitual era que la novia fuera comprada por la tribu del novio, y los padres de ella ponían, por su parte, la dote, que ha dado origen al ajuar o trousseau de la novia.
.
Hubo una segunda etapa en la que los novios podían elegir a su candidato, pero el noviazgo debía ser aprobado por los padres de la novia. Se trata de un período donde aún predominaban los intereses económicos y de rango  sobre el amor, y en el que todavía los padres definían los pactos matrimoniales. Las familias seguían decidiendo y organizando la vida de los novios.
En las familias nobles y en las casas reales había tres fases diferenciadas en el camino que conducía el noviazgo hacia el matrimonio: la pedida de mano, el contrato y los esponsales. Desde hace mucho tiempo, la pedida de mano y los esponsales se han unificado; si acaso, ambos protocolos se llevan a curso en las familias de mayor relevancia social. En otro artículo se aclarará en qué consisten los esponsales y su diferencia con la pedida de mano y el matrimonio, con el que también se confunde a menudo.
.
Una tercera etapa la conforma la petición de mano en la que la novia es consultada y sabe, en muchos caso, que su novio le va a pedir matrimonio. Ha habido previamente una relación de noviazgo que los novios, simplemente, deciden formalizar.
El ceremonial tradicional,  en el que el novio, con sus padres, visita a los padres de la novia, se mantiene, pero la novia decide y ya no hay firma de contrato entre ambas familias. Es la petición de mano tradicional de los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo XX, cuyo protocolo ha perdurado hasta la actualidad con algunas modificaciones.